El mejor regalo es la vida misma.

Una de las preguntas que más me hacen, tiene que ver con lo que hago para ser transmitir felicidad y por eso les voy a confesar algo: hago mucho y poco a la vez.

Hago mucho porque me esfuerzo todos los días en llevar una vida con hábitos saludables coherentes con mi forma de ver y sentir la vida, desde del lado consciente y respetuoso pero también hago poco porque ese esfuerzo se ha vuelto algo sagrado y místico en mi pensar, hacer y sentir.

Y es aquí, en este territorio de mujeres, donde quiero invitarlas reflexionar sobre cuánto estamos haciendo en el Presente para lograr tener el futuro que tanto anhelamos. Esto no es de la noche a la mañana y tampoco es fácil pero, tomar la decisión firme y constante de buscar lo mejor para nosotras, para nuestras familias y para nuestro entorno, es el mejor regalo que podemos hacerle a la vida.

La vida misma ya es un regalo. Un regalo que muchas veces no vemos, que casi no tenemos tiempo para apreciar e incluso, valoramos poco. El solo hecho de estar vivas, de poder decidir por nosotras mismas y de aprender a cuidarnos, a descubrirnos y a conocernos es algo tan sagrado y puro que todas deberíamos explorar hasta lograr descubrir cuál es nuestro propósito como madres, esposas, amigas o profesionales pero sobre todo, como mujeres

Es por esto que, en diciembre les quiero dar un regalo, un lindo Presente como símbolo de mi cariño. Por cada compra que realices en Terra Mística yo escogeré para ti, un accesorio que se complemente con el producto que compraste. Lo único que tienes que hacer es llenar este breve cuestionario para así yo poder conocer lo que te gusta y saber cuál es el accesorio indicado para ti y que estoy segura, te encantará.

Darte este pequeño Presente es la manera de regalarme a mi misma la alegría de imaginarte usando tu producto y tu regalo. La vida me ha regalado muchas cosas buenas y me hace muy feliz poder compartirlas contigo, porque la que sabe dar también sabe recibir y esto nos hace merecedoras de ese regalo tan pleno, puro e innato al que llamamos feminidad, así como siempre ha sido.